viernes, 27 de septiembre de 2013

1832 días

Se dice pronto. Mil ochocientos treinta y dos días. La medicina y yo llevamos ese tiempo juntos. Ahí a la izquierda veis un contador que os dirá cuanto le queda a nuestra relación, hoy marca 250. Pero hoy es especial. Hoy es especial, no sólo porque marque un número tan redondo como el 250, sino porque hablo desde sexto. Hoy es especial porque la academia nos ha enviado un correo diciéndonos que mañana nos llevemos mochilas, bolsas y demás utensilios de transporte de objetos porque sus manuales pesan 10 kilos. El MIR. Sí, sí, el MIR. Ese examen que para el resto de los mortales no es más que la noticia que aparece junto al EIR, el FIR, el QUIR... un sábado a finales de Enero. El MIR. ¿Le tememos al MIR? Gran pregunta. Mil ochocientos treinta y dos días desde el primer madrugón para llegar a la Macarena y escuchar a un profesor que decía "Ríanse, ríanse, el día del examen será otro quien se ría". Mil ochocientos treinta y dos días después una profesora nos ha dicho que debemos llevar a cabo el ejercicio médico sin miedo a la legalidad (o a la ilegalidad, mejor dicho).
Ya nos miran de otra manera, ya nos hablan en otros términos. Se atreven a entrar en clase y decir el nombre de algún síndrome extraño y le entendemos. Hemos dejado atrás el miedo a asignaturas que sonaban terribles y a profesores que hacían que sus asignaturas fueran las más terribles (ginecología, esa ginecología...). Hemos aprendido a hacer varios cosas, a diagnosticar ciertas enfermedades e incluso a arriesgarnos a la hora de adivinar como habría que tratarlas. Tenemos la sensación de que no tenemos ni idea de nada pero no es cierto, sabemos más de lo que creemos. Sabemos incluso más de lo que creíamos que íbamos a llegar a saber. Quien diga que no, seguro que al menos ha aprendido que hay muchas cosas que aún nos quedan por aprender. Tengo una lista de frases célebres que me ha otorgado cinco años con la Medicina, os iré rellenando esto a lo largo de esta "aventura". En teoría ya estamos listos para el último empujoncito, aunque advierto que el día 5 de Junio, horas antes de enfrentarme a ese examen de Farmacología Terapéutica, yo no me lo voy a creer.
Este es el último escalón para llegar a la cima, una cima que no es más que el comienzo de otro camino que no aparenta ser mucho más llevadero. Pero es nuestra cima, la que nos preocupa ahora y la que deseamos alcanzar. Y esto debía empezar hoy, porque mañana empieza nuestra preparación para la siguiente meta. ¿250 días para la primero meta he dicho? Pues no hay tiempo que perder, que esto se va a pasar volando.


A todo el que lea esto: Gracias, los estudiantes de Medicina agradecen que te compadezcas de ellos.